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Sácale Filo a Tu Hacha

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red and black axe on brown wood log
Foto por Harry Cunningham en Unsplash

Existe una parábola conocida como la Parábola del Leñador. Dice así:

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.

-Te felicito-le dijo el capataz-. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.

A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.

-Debo de estar cansado—pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:

-¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?

-¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar, he estado demasiado ocupado talando árboles.

A veces pasamos tanto tiempo luchando y luchando tratando de obtener resultados, pero solo conseguimos fracaso y frustración. Esta parábola nos enseña que a veces lo único que nos hace falta es afilar el hacha.

Pero ¿qué significa afilar el hacha? pues bien, nuestra hacha puede ser todo lo que nos sirve de herramienta para talar los árboles en nuestro desarrollo personal, puede ser nuestro desarrollo mental, personal y espiritual.

¿Cómo afilar el hacha? Pues bien, cada día debemos mejorar nuestros talentos, perfeccionar nuestras habilidades, seguir creciendo. Y si hablamos del éxito financiero, recuerda lo que hablamos en «El Tamaño de Tu Servicio Determina el Tamaño de Tus Ingresos», así que si quieres que tus ingresos se incrementen, debes incrementar la calidad de tus servicios, y para mejorar la calidad de tus servicios debes pulirte cada día, en otras palabras, ¡Afila Tu Hacha!

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.-Te felicito-le dijo el capataz-. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.

A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.

-Debo de estar cansado—pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:

-¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?

-¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar, he estado demasiado ocupado talando árboles.

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CEO en Monbu: Páginas Web Cali, Colombia. Ayudando al Emprendedor a conquistar el Universo Digital. Arquitecto de soluciones digitales. Especialista en tecnologías web y emprendimiento online. Creador @secretosdepros