No existen atajos o «secretos ocultos» para tener un cuerpo saludable y en buena forma. Solo hay dos cosas que realmente importan: Lo que entra y lo que sale.
Alimentación: Nuestros cuerpos necesitan energía y obtenemos esa energía a través de la comida, pero qué comemos y cuánto comemos determina el tamaño y la forma de nuestros cuerpos.
La manera más sencilla de monitorear la ingestión de alimentos es a través de las calorías. Las calorías son una medida de energía que el alimento y las bebidas proveen a nuestros cuerpos, las cuales necesitamos para realizar nuestras actividades diarias, tales como: caminar, trabajar e incluso dormir.
Si consumimos muchas calorías, somos propensos a desarrollar problemas de salud, subir un poco de peso o llegar a la obesidad. Muy poco consumo calórico y nuestros cuerpos pueden no funcionar correctamente.
Consumir la cantidad de calorías adecuada depende de varios factores como el género, edad, estatura, peso y nivel de actividad física. Aunque podrías volverte un fanático de las calorías y estar midiendo cada cosa que te comes, no es tan complicado, existen infinidad de aplicaciones y gráficos con las calorías respectivas para cierto tipo de alimentos y sus respectivas porciones. Así como también puedes medir cuántas calorías quemas con los diferentes tipos de actividades que realizas a diario.
Sin embargo, personalmente no hallo mejor manera de determinar las necesidades de consumo calórico que escuchar el lenguaje del cuerpo. Todos sabemos cuando tenemos hambre o cuando estamos saturados de alimentos. Determinar la diferencia entre hambre y apetito es fundamental para lograr un equilibrio en el consumo de calorías de manera natural y sin poner en peligro nuestros cuerpos.
No es recomendable volverse obsesivo con este tema de las calorías, la vida es para vivirla, vívela bien. Es importante controlar lo que comes, pero más que preocuparte por cuánto comes, elige bien lo que comes. No te prives de ningún alimento de manera radical, la represión termina por convertirse en un deseo desaforado. Mejor te comes una pequeña porción de torta ahora y no terminar mañana comiéndote todo el pastel.
Pero no todo se trata de las calorías, que podríamos decir que es equivalente a cuánto comes. Sino que también es importante tener en cuenta la calidad de lo que comes. Ten en cuenta que tu cuerpo se nutre con lo que le ingresas, tu cuerpo se construye y se regenera cada día con la calidad de alimento que ponga en él. El alimento es el material de construcción de tu cuerpo, así que elige bien lo que comes. Una dieta sana que incluya muchas frutas y vegetales frescos y orgánicos como base puede hacer una gran diferencia y por el camino eliminar muchos malos hábitos alimenticios. Podrías empezar probando con la jugoterapia.
Actividad Física: Nuestros cuerpos necesitan de actividad física, de otra manera se debilitan. No tiene que convertirse en IronMan para estar en buenas condiciones físicas. Un simple hábito de caminar algunos km le ayudarán a mantener un buen ritmo. Al tiempo que pone en actividad el cuerpo, quema unas cuantas calorías adicionales, también está activando el sistema circulatorio previniendo un montón de enfermedades.
Si puede añadirle una rutina diaria de ejercicios como salir a correr, estirar, un poco de flexiones e incluso pesas. Unirse a un grupo en su localidad, tal vez pagar un gimnasio. Todo esto pondrá su cuerpo en excelentes condiciones, ya que el cuerpo es un sistema muy complejo, no se trata solo de músculos. Todo este conjunto de sistemas está perfectamente integrado. Así, cuando haga ejercicio piense en el cuerpo como un todo, alterne el tipo de deportes y ejercicio que haga. Por ejemplo: un día puede salir a correr, otro día puede ir a nadar, practicar yoga, alzar pesas…
La actividad física es el segundo componente de un estilo de vida saludable, entre mejor sea el tipo de actividad de tal manera que involucre todos los sistemas: circulatorio, óseo, muscular, respiratorio, incluso el nervioso, poner el cerebro a trabajar también es una actividad física.
Estos dos factores: Lo que entra (alimento) y lo que sale (actividad física) son fundamentales para tener un cuerpo saludable. No hay razón para experimentar un cuerpo débil o enfermo mientras tenga presente estos dos principios.