Aprender a escuchar a tu cuerpo es un paso vital para vivir un estilo de vida activo y saludable. Pero si te culpas y te castigas por los antojos o las ansias de carbohidratos eso sólo puede empeorar las cosas ya que en esos momentos es cuando se desarrollan los patrones de comer emocionalmente. Pero los arrebatos no sólo tienen que ver con un disparador emocional, el problema principal puede ser la nutrición inadecuada.
Para reducir los arrebatos de comida el cuerpo necesita comer alimentos saludables, desayunar todos los días, conseguir toda la nutrición que nuestro cuerpo necesita, ejercicio moderado y también un poco de control emocional. Si lo haces tu metabolismo se regulará sólo con el tiempo, pero es algo que sucederá inevitablemente.
A continuación te dejo unos consejos que a mi entender contribuyen a evitar los arrebatos de comida:
– Come cada 3 horas. Uno de los grandes culpables de los arrebatos de comida son los niveles de azúcar en la sangre. Si mantienes tus niveles estables simplemente no tendrás arrebatos. De hecho, la manera más fácil de combatir los arrebatos es evitarlos en primer lugar.
– Bebe agua. La deshidratación confunde al cuerpo y menudo se confunde sed con hambre. Un pequeño vaso de agua cada hora mantendrá tu estómago lleno e hidratado.
– Ejercicio. Si comienzas a hacer ejercicio y la necesidad de comida no es fisiológica, te sentirás mejor casi instantáneamente. Si es física no serás capaz de mantenerte en tu entrenamiento, lo que es un signo de que necesitas comer.
– Ten colaciones saludables a mano. Tener alimentos saludables a mano puede ayudar mucho. Ten una pieza de fruta o algunos vegetales crudos. Si eso no ayuda, sabrás que tu hambre es fisiológico.
– Cambia tu rutina. Los hábitos pueden afectar las ansias, por lo tanto sacude un poco tu esquema, aunque sea ligeramente. Cambios simples como no ir tan seguido a la cocina pueden contribuir enormemente a evitar arrebatos.
Y recuerda que una dieta saludable tiene que ver mucho más que con sólo bajar de peso. Comer sano evita que comamos de manera emocional, cubre nuestras imprescindibles necesidades nutricionales y nos mantiene alejado de las enfermedades.