Las plantas poseen propiedades que pueden ser muy beneficiosas para nuestra salud y podemos beneficiarnos de ellas de diversas maneras: ingiriéndolas en fresco, elaborando emplastes, cociéndolas en infusión, o fabricando ungüentos. Cada método tiene sus indicaciones según el tipo de planta y los beneficios que queramos obtener de ella. Algunos métodos son tediosos, y otros disminuyen considerablemente las propiedades de la planta. Otros, como el quemar determinada planta por ejemplo fumándola, son tremendamente perjudiciales para nuestro organismo.
En nuestro país existe una gran tradición en el uso de plantas medicinales para aliviar o curar enfermedades, generalmente enfermedades o molestias menores, tal y como recoge la Universidad de Navarra en un libro recientemente publicado. Desde la simple infusión de manzanilla después de comer hasta elaborados emplastes para depurar el hígado. Como los tiempos cambian y tecnológicamente se ha avanzado mucho, ahora existe un nuevo método que va a revolucionar el arte de cuidarse a través de las plantas. Y este nuevo método se llama vaporización. Se trata de un aparato que calienta la planta en estado natural a una temperatura controlada. De hecho es posible programar digitalmente la temperatura exacta deseada. Esto resulta determinante ya que cada planta tiene una temperatura óptima para ser vaporizada. En cualquier caso con un vaporizador la planta nunca llega a la combustión, es decir, nunca llega a producir humo, tan sólo vapor. Se trata de un vapor a una temperatura idónea para ser inhalado, y en el que van inmersas las propiedades de las plantas que se han extraído mediante su calentamiento controlado. Todo este proceso de calentamiento y generación de vapor lleva menos de un minuto. Después, podemos tomarnos todo el tiempo del mundo en sentarnos a disfrutar de los deliciosos sabores naturales de la planta que hayamos elegido.
Como ocurre con todo, la calidad es importante, más si cabe en un aparato que vamos a usar para estar más saludables. La mayoría de vaporizadores del mercado tienen renombre por las marcas que los fabrican y sus controles de calidad, como por ejemplo los modelos que podemos encontrar en tiendas especializadas en vaporizadores, como www.magicvaporizers.es. Sin embargo existen copias de baja calidad cuyos componentes internos son plásticos de dudosa estabilidad ante el calor, con lo que existe posibilidad de inhalar los residuos tóxicos que desprenda el plástico. Un vaporizador de calidad nunca tendrá la boquilla plástica.
Existen vaporizadores portátiles y vaporizadores de sobremesa, pero todos tienen en común que como materia prima sólo usan plantas en estado natural, a diferencia de los cigarrillos electrónicos que utilizan compuestos con dosis de toxicidad.
Tener un vaporizador es tener el control de tu propio bienestar. Las posibilidades son ilimitadas: vaporiza manzanilla para las digestiones difíciles, salvia o tomillo para combatir la gripe, etc. Tener un vaporizador contribuye a que sientas más curiosidad por las propiedades de las plantas y acabes siendo un auténtico experto en plantas medicinales. Además, incluso aquellos a los que no les gustan las infusiones sienten debilidad por probar la vaporización como método alternativo. Los vaporizadores son fiables, rápidos y por tanto contribuyen a que uses más a menudo remedios medicinales. Al fin y al cabo, no son engorrosos ni requieren tiempo a diferencia de otros métodos. Los tiempos avanzan que es una barbaridad…