Si quieres empezar tu programa de ejercicios para ponerte en forma y bajar de peso una buena alternativa es caminar. Caminar es una de las formas más fáciles de hacer ejercicio y también es una que devuelve muy buenos resultados. Sólo necesitas un buen par de zapatillas, ropa cómoda y ganas de hacerlo.
¿Cómo se empieza? Primero y principal comienza lento y fácil. Simplemente camina unos diez o quince minutos y en donde te encuentres en ese tiempo pegas la vuelta hacia tu casa. ¿Eso es todo? Si, eso es todo. Hazlo cada día por dos semanas y luego comienza a añadir cinco minutos cada semana siguiente hasta llegar a la hora.
Cuida tu postura. Camina erguido y cuando lo hagas piensa en estirar tu cuerpo, mantén tu cabeza erguida y mira hacia adelante. Tus hombros deben estar bajos, hacia atrás y relajados. Endurece tus abdominales y glúteos y camina de manera natural.
Asegúrate de mantenerte hidratado, antes, durante y después del ejercicio. Incorpora el calentamiento previo, el enfriamiento y los estiramientos en tu rutina. Comienza tus caminatas de manera lenta y a un ritmo lento, detente y haz algunos movimientos de estiramientos. Luego camina el tiempo que desees. Al terminar enfría con un ritmo lento nuevamente y unos cuantos estiramientos más. Estirar es importante, te hará sentir bien y evitará lesiones.
Lo más difícil sobre cómo empezar un programa de fitness es desarrollar el hábito. Caminar a diario ayudará, al menos cinco días a la semana es fundamental. También deberías caminar lo suficientemente rápido como para acelerar tu corazón pero sin quedarte sin aliento.
Una vez que hayas formado el hábito tal vez quieras re evaluar tu programa y tus objetivos.
Si caminas para conseguir una mejor salud prueba con 30 minutos todos los días.
Si quieres mejorar tu estado físico, tu capacidad cardiopulmonar, camina 3 o 4 días durante 30 minutos a un ritmo muy rápido y en el que la respiración sea un poco más dura, pero sin sentir que te quedas sin aliento.
Si quieres bajar de peso apunta a caminar de 45 a 60 minutos al menos cinco días a la semana a un ritmo de moderado a intenso pero que la respiración sea moderadamente dura.
Una vez que puedas caminar cómodamente durante 60 minutos cinco o seis días a la semana querrás darle un empuje a tu rutina, comenzando a trotar o a correr.