Durante muchos años tú y tu mejor amigo se la han pasado haciendo planes para empezar el mejor negocio. O quizá por fin estás listo para inaugurar, con tu hermano, ese restaurante del que hablaban interminablemente cuando aún compartían la misma habitación en casa de tus padres.
Ahora que ya te encuentras en la etapa de arranque, las verdaderas cuestiones de dirigir un negocio con un amigo cercano o un miembro de tu familia se ciernen sobre ti. Los expertos en negocios familiares dan , a viva voz, un consejo contundente a estos novatos: comunicación. Informa todos los detalles desde el principio, elabora borradores de contratos y sostén pláticas en las que examinen de manera minuciosa cualquier posible perspectiva del negocio.
«Esto debe realizarse en una atmósfera en donde no se asomen los prejuicios, ninguno de los participantes debe erigirse como juez», explica Jim Ellis, director del Programa de Negocios Familiares de la Universidad del Sur de California. «Uno necesita plantear y estudiar esos asuntos desde el principio, cuando ninguno de los involucrados tiene un interés personal ni hay emociones en juego; porque los sentimientos saldrán a flote más adelante, no te quepa la menor duda».
Aférrate a la realidad
El segundo paso consiste en hacer a un lado todas las fantasías de cuento de hadas que hayas concebido sobre la familia o el negocio con un amigo. Ellis recuerda una situación de pesadilla, sobre la que lo consultaron, en la que un empresario tuvo que despedir a su madre y la medida provocó años de conflictos familiares. «Hasta el día de hoy, aunque el negocio ya no existe, no ha dejado de haber rencor en esa familia» dice, Ellis.
Si bien no hay un método para evitar experiencias tan terribles como la anterior, los expertos sugieren algunos consejos prácticos para que aumenten tus probabilidades de éxito. Ira Bryck, directora del Centro de Negocios Familiares de la Universidad de Massachusetts, señala: «Las personas [en un negocio familiar] necesitan hacer aquello para lo que, en particular, sean buenos. Es indispensable que sepan distinguir cuál es su trabajo y cuál no».
Definir con toda claridad y desde el principio la labor, remuneración y responsabilidad de cada uno de los participantes evita desastres en el futuro. A la larga, comenta Ellis, quizá llegue el momento de decidir entre tu familia y tu negocio.
Cuando Adele Testani y Ken Deckinger, amigos de la preparatoria, fundaron Ken Deckinger, empresa de responsabilidad limitada, sabían que su amistad siempre sería una prioridad absoluta.Testani, de 26 años, recuerda: «Si llegaba a pasar algo con la compañía, queríamos salvar la amistad».Y si da justo en el clavo, un negocio con un familiar o un amigo puede darte muchas satisfacciones… y ganancias. Deckinger expresa que «es fantástico hacer esto; ir en pos de un sueño con quien verdaderamente uno está unido».
Claro desde el inicio
¿Planeas lanzarte al ruedo con algún amigo o pariente? Siéntate con tu socio y analiza estas cuestiones antes de dar el salto:
1.¿Cuánto esperan que dure el negocio que tienen en mente?
2.¿Qué tan duro consideras que debe trabajar tu futuro socio?¿Qué tan duro consideras que debas trabajar tú?
¿Qué medidas deben tomar si alguno de los dos no cumple con su parte del trato?
3. ¿Qué expectativas tiene tu compañero respecto a ti como su socio? ¿Cuáles son las tuyas respecto a él/ella?
4. ¿Este negocio te dará un tren de vida? ¿Crearás riqueza?
5. ¿Tu socio piensa meter a toda su familia en la nómina? ¿Piensas hacerlo tú?
6.¿Tienen un plan para cuando se tenga que cerrar el negocio?¿Quizá un acuerdo de compraventa?
Por: Nicole L. Torres