Parece increíble pero así como empezamos primero a hablar que a escuchar, aprendemos primero a gastar que a ahorrar. El gasto es mucho más fácil, entre otras cosas porque las áreas de marketing son especialistas en seducirnos para que lo hagamos. Cada vez se perfecciona más la técnica de promoción y venta para inducirnos a comprar cosas, que muchas veces ni necesitamos.
El ahorro es mucho más complejo, porque requiere sacrificio, disciplina, propósito, organización, educación. El ahorro es benéfico, es anticipación, prevención y uso de la inteligencia. El ahorro es jugar a mediano plazo, mientras que el gasto de de corto plazo.
La vida no es carrera de cien metros o de velocidad, sino una verdadera maratón que requiere estado físico, paciencia, ahorro de esfuerzos. Porque lo importante no es quien sale de primero sino quien llega al final. Por ello el ahorro es tan útil, y te permite mantenerte en la maratón de la vida.
El ahorro lo puedes efectuar de múltiples maneras. Una de ellas es realizando menos gastos, ya sea porque reduces el consumo a lo estrictamente necesario o dejas de realizar gastos suntuarios. Otra forma de ahorrar es con la clásica alcancía en donde se depositan todas las vueltas y monedas, que a veces se desprecian, pero que acumuladas pueden llegar a representar un monto interesante de capital.
Para aquellos que no son disciplinados, es conveniente el descuento automático todos los meses de un porcentaje de los ingresos, para ahorrarlos en un fondo. De esta forma lograrás una suma importante en forma gradual y ascendente.
La cultura del ahorro debe educarse desde niños, no como un sistema para convertirse en tacaños y egoístas, sino para lograr bienestar y prosperidad financiera. Nunca será buen consejero quien gasta sin medida, quien malgasta los recursos, y quien no ahorra para el futuro.
Ganar conciencia de que los recursos no deben desperdiciarse y utilizarse con medida, es un buen comienzo. Iniciando por el uso de los servicios en la casa, la eliminación de los desperdicios en los alimentos, la reutilización de los materiales y el mismo papel, para luego extenderse al dinero, la racionalización de los gastos y el incentivo hacia el ahorro.
Quien ahorra vive más tranquilo y con mejor calidad de vida, se prepara para el progreso y el emprendimiento, el dinero le rinde más porque se enfoca en lo importante y deja de pagar intereses en financiaciones innecesarias. Prepárate para elegir tu sistema de ahorro y actúa ya mismo al respecto.