Existe el refrán: “La fé mueve montañas”, muchísimas veces la hemos escuchado e incluso repetido pero quizás solo lo hemos dicho sin analizar la magnitud de lo que encierra esta hermosa palabra. Es que muchos de nosotros somos o hemos sido de la idea que hay que ver para creer pero no es así.
La Fe es una convicción interna sobrenatural de que lo que deseo, viene en camino, y eso que deseo, lo puedo ver claramente, no con mis ojos naturales, sino, con los ojos del espíritu.
La Fe es la médula (sustancia principal de una cosa no material). Es lo que ponemos sobre una visión, sobre lo que nos proponemos e imaginamos.
La palabra hablada es la generadora de la sustancia medular (Fe) y al mismo tiempo, lo que se cree débilmente cuando se declara, se fortalece.
Siempre que hay un milagro hay un deseo,, pero lo que liga el deseo con el milagro es la FE.
Así que si tenemos Fe y nos convencemos que no hay imposibles, todo ocurre porque tenemos la convicción de que así será y mientras mas hablas, mas te convences de que sucederá.
No importa si el resto no cree ; lo que importa es lo que tú y tu ser interior estén convencidos de lo que quieren.
“La Fe es la certeza de que ese algo se dará, así que no dudes”