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Instinto, corazón, mente y espiritualidad

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Foto por Kuma Kum en Unsplash

Hemos oído hablar de cada una de estas palabras, pero en realidad ¿conocemos exactamente su significado y cual es su función en nuestras vidas?

Para entender cada uno de éstos términos y utilizarlos como un todo en nuestro desarrollo personal, debemos conocer cual es el significado y como debemos integrarlos. Si desarrollamos y potenciamos en acciones todas estas palabras, podremos lograr un magnífico e interesante cambio.

El instinto  es un término utilizado para explicar fenómenos de comportamiento como son los impulsos y los reflejos. Se refiere a una conducta innata y psíquica con la que actuamos los seres humanos. Por ejemplo, un bebe se alimenta de su madre por instinto, nadie le explica como hacerlo. Otro ejemplo de instinto se expone cuando una persona corre riesgo de vida y lucha para salvarla. A este último ejemplo se lo denomina: instinto de supervivencia. La teoría freudiana describe como instintivas las conductas de rechazo del dolor y búsqueda de placer. El instinto también es definido como una habilidad que opera sin intervención de la consciencia.

El corazón sirve de objeto para representar todos los sentimientos y diferenciarlos del razonamiento, ya que al “sentir” se producen alteraciones en nuestro cuerpo. El corazón, es un antiquísimo símbolo de sentimientos agradables, tal es así, que a las personas que no demuestran sus emociones solemos decirles que “no tienen corazón”. No se conoce a ciencia cierta cuando fue utilizada esta palabra como símbolo de emociones, pero lo que si se sabe es que al sentir amor, por ejemplo, se altera el ritmo cardíaco haciendo que nuestro corazón funcione de manera diferente y haciéndose los latidos de éste muy perceptibles. Por tal motivo, los enamorados se regalan objetos con forma de corazón.

La mente es algo tan invisible y complejo, que aún no se conoce específicamente su conducta y funcionamiento. Sabemos que es la responsable del entendimiento, la memoria, la imaginación y la razón.

La diferencia entre la cerebro y la mente es que el primer término es el medio y el segundo, un elemento emergente del cerebro. Según Freud la psiquis o aparato psíquico está constituido por tres elementos:

  • El consciente es el encargado de la percibir la información que proviene del interior y exterior de la persona, como también del razonamiento, el pensamiento y la memoria.
  • El preconsciente comprende los pensamientos y vivencias que no son conscientes, pero que si realizamos el esfuerzo podemos traerlas al consciente. Funciona como puente entre el inconsciente y el consciente. Por ejemplo, no estamos pensando todo el tiempo en como era la dirección en la que vivíamos antes de mudarnos, esa información se encuentra en el inconsciente, si nos detenemos un instante la traeremos al pensamiento y la recordaremos. Recuerdos, de eso se trata el preconsciente.
  • El inconsciente es el lugar donde se alojan los sentimientos, los deseos y los recuerdos reprimidos. Son contenidos reprimidos a los que no tiene acceso la consciencia. Un ejemplo de lo que se aloja en el inconsciente son las ocasiones vividas que no recordamos.

Podemos entonces considerar a la mente como una estructura capaz de organizar nuestros pensamientos.

La espiritualidad hace referencia a la búsqueda del sentido de la vida, alivio y paz interior. Es sentir un poder superior en nuestro cuerpo y alma.

La espiritualidad no siempre está ligada a la religión, pero si a un poder supremo que llega a nosotros y  brinda  la tranquilidad y estabilidad de nuestro ser, que nos facilita la comunión con ambiente y las personas que nos rodean. Es el lenguaje común en el que se comunica todo el universo y hace que el todo sea uno.

Si podemos alinear mente, sentimientos, instinto y llevarlos a formar parte de un todo, nuestra vida, no sólo será espiritual, sino que será placentera, plena y estará llena de luz.

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